APUNTES HISTÓRICOS

D. Ramón Esteban Jorro

Nacido en Castelfabib (Valencia, antigua diócesis de Segorbe, hoy de Valencia) el 28 de abril de 1867, hijo de Ramón y Vicenta,  D. Ramón estudió en el seminario Conciliar de Madrid y fue ordenado sacerdote el 17 de noviembre de 1885.


Recién ordenado fue nombrado coadjutor de Navalcarnero y año y medio después, cura ecónomo de Santa María de la Alameda donde permaneció 10 años hasta ser nombrado coadjutor de Tetuán de las Victorias. En mayo de 1911 pasa a Santa Catalina Mártir, de la Alameda de Osuna y, al año siguiente, en marzo de 1912, es nombrado párroco de nuestra Parroquial donde estaría 24 años atendiendo a las personas del pueblo.

Mercedes Puerta lo recuerda amabilísimo y muy cariñoso. Comenta, divertida, que cuando iba hacer su primera Comunión y recibía la catequesis de preparación, le decía D. Ramón “ Si te aprendes las Bienaventuranzas, te regalo un caballito de siete picos” Yo, ilusionada por ver ese caballito de siete picos y el deseo tan grande que tenía de recibir a Jesús, las aprendí muy bien y aún hoy las recuerdo. Esto me indica el gran catequista que era y cómo sabía motivar a los niños.


Tomás -Tasín como es conocido- dice de él que era "más bueno que el pan. Sí, recuerdo que hacía muchas obras de caridad con los pobres, y también cómo invitaba a que trajeran alguna jarra vino de la casa de … .para los que entonces jugaban a la pelota y estaban fatigados. Yo le recuerdo como una buenísima persona. "


María Jesús Royo Jiménez añade que "era muy campechano, hablaba con todos y se llevaba muy bien con todos y cuando le mataron la gente no hacía más que decir: qué pena, qué pena..."


En su pueblo natal, Castelfabib, recuerdan que solía visitar a su familia. La gente de la localidad le quería y apreciaba, y hablaba de su bondad y de su cariño hacia los niños, a sus sobrinos Visitación, Prudencia y Evaristo: "Nos traía

golosinas y dulces cuando venía de Madrid".

Conchita Narbaiza, vecina de la Parroquia recuerda cómo acercándose el Jueves Santo de 1936 algunos "elementos perturbadores"  trataron de impedir la procesión mediante amenazas y con gritos. Alguien sugirió avisar a la Guardia Civil en el puesto de Alcobendas pero entonces  vecino del pueblo, Lorenzo Frutos Colmenar, manifestó: "Los hombres del pueblo somos suficientes para defender la celebración de la procesión, un derecho que ya tenemos concedido -por el Gobernador Civil correspondiente- para celebrar nuestra tradicional procesión de Jueves Santo". Llegado el día feligreses de la parroquia escoltaron la imagen del Santísimo Cristo de los Remedios y al sacerdote mientras mientras "las voces amenazantes con el brazo en alto y el puño cerrado gritaban insultos a todo volumen". Incluso alguno llegó a lanzar la calumnia de que el sacerdote tenía armas escondidas en el pozo de su casa.  "La madre de Beíta -añade- viendo el ambiente, medio llorando, me dijo: Conchita, ¿qué nos va a tocar ver?"


El 17 de junio de 1936 firma la última entrada en el libro de bautismos de la Parroquia, una niña llamada María Antonia y pocos días después entrega las llaves de la Parroquia en la esperanza de que se respetara la integridad del templo como así sucedió las primeras semanas, después ya no.


De estos meses recuerda Mercedes Puerta cómo  de niña, desde su ventana -sus papás no la dejaban salir-, “veía cómo algunos hombres con un hacha rompían las imágenes y después las quemaban. Yo me asustaba, me escondía pero volvía a mirar porque mis papás no dejaban ni mirar”.

El 22 de julio D. Ramón estaba estaba escondido en casa de Antolín Montes, c/ San Roque.
Según Julián Navacerrada Salinas , yerno de Antolín:

 “Se albergaba desde hacía un mes y medio el cura, el cual fue detenido por unas milicias que no conocía y fueron a buscarle en la noche del 31 de agosto de 1936, y que más tarde le asesinaron en los llanos de Valverde (…). Que en la noche del 31 de agosto, llamaron en la puerta sin decirle a lo que iban, que una vez abierta la puerta, le encañonaron (…). El que declara quedó a la puerta con las milicias, subió a avisar al cura su cuñado Tomás Montes, le cogieron las milicias al cura que acababa de bajar, se lo llevaron en un coche. Y a la mañana siguiente apareció muerto."

El facultativo estimó la hora de la muerte a las 4 am.


Tasín comenta:  "No comprendo por qué lo sacaron de su casa, lo llevaron  a Fuencarral y lo fusilaron y como a él a otras personas que eran también muy buenas. Ahora sé por qué lo mataron: por ser sacerdote, nada más." 


El 12 de diciembre de 2020 se introdujo el proceso de beatificación como mártir de la persecución acaecida durante la Guerra Civil junto con otros 60 compañeros mártires.


CAUSA DE D. RAMÓN (Archidiócesis de Madrid)

Acta de defunción de D. Ramón registrada el día 1 de septiembre de 1936, al día siguiente de su ejecución.

(Firma de D. Ramón Esteban Jorro)